Los Paradigmas son supuestos básicos sobre temas específicos que están presentes al momento de tomar una decisión. Las decisiones que tomamos están influenciadas por nuestra manera de ver las cosas y las prioridades que les asignamos están de acuerdo al valor que les damos. De aquí lo atinado del refrán popular "Todo es del color del cristal con que se mira".
Cuando surgen nuevos puntos de vista, también se analizan alternativas
distintas a las que se valoraban en un paradigma anterior. Al adoptarse el nuevo enfoque, el anterior no
se utiliza más.
Los paradigmas que tenemos se pueden revisar, desaprender y sustituir
por otros nuevos a fin de lograr nuevos resultados que cumplan con propósitos
tanto personales como organizacionales y sociales. Por ejemplo, las personas cuyo propósito
primordial es dar sentido a su vida, asignan un valor importante al
conocimiento y a contribuir al bienestar de los demás.
Cambiar los paradigmas no resulta fácil ya que se requiere de un
proceso mental que integre la voluntad, la sabiduría y la capacidad para
lograrlo. Sobre todo, si se trata de
cambiar la manera de hacer algo que nos funciona "bien " en la
actualidad por algo que tal vez nos funcione "mejor" en un
futuro. Habrá que valorar el esfuerzo
que el cambio de paradigma conlleva y si responde al logro de los resultados
propuestos los cuales deberán estar alineados a nuestros valores personales y
organizacionales. Sin embargo, no
solamente considerar que "sí se puede" sino también darnos cuenta de
que si no adoptamos el nuevo paradigma, nos enfrentaríamos al riesgo de quedar
fuera de la jugada.
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